Con las flores que en jardines
entreabrió la primavera,
vengo al altar de la Virgen,
un ramillete a ofrecerla.
Yo quisiera Madre mía,
para Ti flores más bellas.
Buscando estuve afanosa
no las encontré en la tierra.
Y pensando no hay amor
mejor que la propia entrega,
puse en las flores un beso
mi corazón ya va en ellas,
para Ti, Madre del alma,
que de las flores sois Reina.
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